La grave situación de inseguridad que viven los Periodistas en México, por realizar sus labores de comunicador.
El gobierno Oaxaqueño, se declara sin recursos para brindar medidas de seguridad a los periodistas que han sufrido atentados, además de incompetente.
El fiscal general en el Estado de Oaxaca, lleva casi 9 meses sin poder resolver un caso de homicidio con todas las agravantes de ley, luego que un periodista estuvo apunto de ser asesinado a tiros.
La clara ausencia del Estado puede ejemplificarse con las agresiones sufridas en agravio de Gustavo Sánchez Cabrera, director del medio La Policiaca de Oaxaca. El periodista recibió amenazas en sus redes sociales: “[...] te voy a levantar y te voy a tablear, ya bájele a sus chismes [...]”. El 13 de julio, aproximadamente a las 13:00, un individuo arribó al domicilio de Sánchez y al ver la ventana abierta disparó contra él. El periodista quedó herido y ha estado en terapia física y psicológica para recuperarse del intento de asesinato. Tres meses después de su atentado, las medidas de protección impuestas por la Fiscalía del Estado, y a cargo de la Policía Estatal, dejaron de cumplirse, supuestamente por falta de fondos: “Estamos peor que antes, las medidas cautelares que me habían dado ya no vienen. Ya no vienen los estatales...”., dijo el comunicador.
Así mismo, narró que los policías solo venían por la firma de la bitácora y ya no regresaban, además agregaron que nos les dan combustible para hacer rondines y las patrullas estatales no funcionan y mucho menos les pagan viáticos, dijo uno de los elementos de la policía al periodista.
Tal parece que el inculpado Esteban de la C. L., fuera alertado por uno de los integrantes de la fiscalía, quién es el que filtra la información de lo que va a ocurrir con los presuntos responsables, ya que llevan casi 9 meses y no pueden cumplir una orden de aprensión, por ello, se le exige al propio gobernador se investigue a quien filtra información y la vende de la fiscalía y se le separé de su cargo, así como también hacer la rotación desde los fiscales hasta los jefes de grupo de la AEI., quienes cada día están más coludidos con la delincuencia organizada.
